jueves, 18 de noviembre de 2010

CUENTO 1: Abrir los ojos.

Jorge era un empresario de éxito de 38, casado y con dos niños. Llevaba la vida idílica de toda persona, de casa al trabajo y del trabajo a casa y los domingos comida familiar. Siempre había sido muy discriminatorio y cruel con los inmigrantes, sobre todo con los de color. Los insultaba, los miraba con asco, los despreciaba y, lo peor, es que se enorgullecía de ello.
        
Un día, iba de camino al trabajo con algo de prisa y hablando por el móvil. Fue a cruzar la acera y una persona de color le quiso vender clínex o tabaco. Él, no satisfecho con decirle que no, desargó su rabia maldiciéndolo a él y a todos los inmigrantes. Tras retomar el paso, el semáforo ya se había puesto en rojo y un coche le arroyó de lleno.
Cuando recuperó la consciencia se encontraba en un hospital y el médico le dijo que de no ser por alguien que le arrastró hasta la acera y llamó la ambulancia, él se hubiera desangrado en cuestión de minutos. Cuando el médico llamó a su héroe para que lo conociera, era casualmente, el mendigo que tan mal había tratado. Esta pequeña gran experiencia le hizo abrir los ojos, pues el único pobre, pero de espíritu, era él. 

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